Elecciones en Finlandia, lecciones para España: quien siembra vientos,…

El pasado domingo, 14 de abril de 2019, se han celebrado elecciones en Finlandia, ese país productor del Nokia, y que tiene la mejor educación del mundo, poniendo por delante la equidad y la cooperación.

La fuerza más votada ha sido la socialdemocracia, con el 17,7% y 40 diputad@s, algo así como nuestro PSOE. Esa “victoria” se debe al castigo a parte del Ejecutivo saliente, formado por un tripartito entre liberal-conservadores y ¡¡la extrema derecha!! , parecido al “trifachito andaluz”.

Así, el Partido de Centro del primer ministro Juha Sipilä, algo así como el PP de aquí, ha sufrido un duro batacazo al obtener un 13,9% de los sufragios, lejos del 21,1% que el 2015 le permitió encabezar el gobierno.

La otra pata neo-liberal del gobierno, el Partido de Coalición Nacional, que viene a ser como Ciudadanos,  ha encajado una caída menos abultada hasta el 16,9%.

Y es que aliarse con la extrema derecha termina saliendo caro.

Porque lo grave del asunto es que la segunda fuerza ha sido la extrema derecha, Verdaderos Finlandeses (así se llaman, yatedigo.com), con un 17,5%, y 39 diputad@s, siendo la única que sube dentro del bloque trifachito.

Ya se sabe, le das alimento al león para que se calme, y sólo lo haces más fuerte y más grande.

O sea, eso de pelearse a ver quién tiene la bandera más grande, o dice el disparate más grande en lo social, en lo territorial, o en lo cultural, para tapar los verdaderos programas (o las perversas intenciones), parece que da aire a las fuerzas más retrógradas y nutre el odio y la visceralidad de sectores amplios de la sociedad que, por otro lado, aparcan la “funesta manía de pensar”. Y lo mismo tiene efecto boomerang y de vuelta te pega en todo el cráneo.

Efectivamente, los “recortes” de 4.000 millones de euros que han afectado la educación, la seguridad social y la sanidad, entre otros servicios públicos, han pasado factura a un gobierno contra-natura en uno de los países donde el Estado del bienestar está más arraigado.

En un escenario muy singular, los partidos de izquierda han subido haciendo campaña contra la desigualdad y contra el cambio climático, planteado mayores gastos (inversiones) sociales financiados con subidas (progresivas) de impuestos.

L@s Verdes han crecido hasta el 11,5% de los votos, con sus mejores resultados históricos, mientras que la Alianza de Izquierda, ha llegado al 8,2%. La suma de estas dos fuerzas, nos da casi un 20 %, y podríamos equipararlas, salvando muchas distancias, y por simplificar el análisis, a Unidas Podemos.

Todo denota una cierta “polarización” social y política, en un contexto dónde los exabruptos xenófobos anti-refugiados han llegado al extremo de afirmar, Jussi Halla-aho, líder ultraderechista, del ala más radical, que robar era una “condición genética” de los refugiados somalíes y que la deuda griega no se podía solucionar sin una dictadura militar.

En el nuevo Parlamento finlandés tendrán representación hasta 8 fuerzas políticas, y no será nada fácil la conformación de una alianza estable, que supere la mayoría absoluta de 101 diputado@s,  para garantizar un gobierno estable.

Parece que la mayoría no quiere cuentas con la extrema derecha, visto lo visto, aunque será difícil obviar su notoria relevancia pública, social y política, que usará para influir en las decisiones gubernamentales y legislativas.

El mensaje mayoritario de la sociedad finlandesa contra las políticas de recortes y contra los mensajes de odio deberá plasmarse en un acuerdo de mínimos que no tiene los suficientes soportes para un Pacto Progresista a la Portuguesa (76 sobre 200), sin contar, quizá con otras fuerzas , de centro-derecha civilizada y demás, en una suerte de “cordón sanitario” frente a la extrema derecha y a las propuestas de recortar derechos sociales y civiles. ¿Nos suena?

El próximo presidente, parece que se llamará Antti Rinne, socialdemócrata. Entre charlas y negociaciones, también tienen, como aquí, unas Elecciones Europeas, que “animan” algo el ambiente, con las dinámicas ultranacionalistas y euroescépticas de la extrema derecha, que agitan las vísceras. Ya nos dijo Goya que el sueño de la razón, produce monstruos.

A ver si nos volvemos lo más razonables posible el 28 de Abril y el 26 de mayo, y no sacamos lo peor de nuestras vísceras, votando para construir soluciones, en lugar de para alimentar malas emociones.

 

 Vicente Cervantes