Primero es la salud, la dictadura es por nuestro bien, artículo de Juan Carlos Carrillo.

 Primero es la salud, la dictadura es por nuestro bien, artículo de Juan Carlos Carrillo.
Las elecciones catalanas en principio, se aplazan hasta el 30 de mayo y digo en principio porque no descartan más aplazamientos. Los que gobiernan están encantados. Inés Arrimadas reclama un acuerdo político para retrasar los comicios "hasta que pase la tercera ola". "Primero es la vida". El secretario de Salud Pública, considera que "no es el mejor escenario para celebrar las elecciones", aunque añade que la decisión corresponderá al Govern y a los partidos. A Miquel Iceta del PSC, no le viene bien y duda entre "proteger" la salud de los ciudadanos o la de su partido y esperarán a que se publique el decreto para decidir si presentan algún recurso, vamos lo que diga Pedro Sánchez. A Vox tampoco le viene bien y se "plantean" recurrir. “Si hay un resquicio legal, lo haremos” ha asegurado Abascal, ya que los comicios se pueden celebrar con medidas de seguridad y el PP ha recriminado este viernes a PSOE y Vox que "coincidan" en querer celebrar las elecciones por su "interés político". Las dan por perdidas.
 
Ninguna declaración de los jefes de las diferentes familias de la "cosa nostra" política española o de cargos políticos públicos, aluden ni por asomo a la legalidad y constitucionalidad de esa medida en sus argumentos. La salud es lo primero y como la salud es lo primero (para algunos partidos), pueden hacer con los derechos fundamentales de las personas o su "sagrado" derecho de sufragio activo, lo que les de su real gana, nunca mejor dicho y quién no lo entienda, ¡qué reviente por negacionista, terraplanista, racista y fascista!. Miren que nos gastamos un pastizal en pagarles abogados a los de la presunta oposición y en asistencias letradas en los ayuntamientos, etc, etc..., para salvaguardar las leyes, la Constitución y nuestros derechos ¡pero oiga, no hay manera!. De la Fiscalía del Estado, ni hablemos. ¿Porqué de quién depende la Fiscalía...?. Pues eso.
 
Ya sabemos de la excepción de la situación, ¿pero estamos en estado de excepción?, no. Más excepcional sería un estado de guerra, donde hasta las leyes se cumplen o se cambian pero jamás se saltarían a la torera. Bueno esto ocurre en países donde la democracia no es una simple "etiqueta" a gusto de cada partido político para justificar sus desmanes y abusos de poder. Además, ¿no existe algo que se llama "voto por correo" o es que le tenemos más miedo a la abstención qué al propio virus?. Pero olvidémonos por un momento de estos psicópatas ávidos de poder que no elegimos, no nos representan y se pasan por el arco del triunfo la separación de poderes, las leyes, nuestros derechos y vayamos a la legalidad. En marzo de 2020, en elderecho.com se podía leer lo siguiente en relación a las pasadas elecciones gallegas y vascas:
 
"En opinión de Manuel Fernández-Fontecha, Letrado de las Cortes Generales, la cuestión es muy clara a pesar de la presión ambiente. Las medidas de aplazamiento electoral son INCONSTITUCIONALES, de raíz. El Gobierno o las mesas de partidos -que además, para colmo, son juez y parte- no tienen el más mínimo poder de desconvocar, aplazar o retrasar las elecciones. O se celebran el día previsto o se entra en un mundo desconocido, el de la ILEGALIDAD, y sus efectos sobre las disposiciones y resoluciones que adopten las autoridades excepcionales."
 
"El articulo guía es el artículo 68 de la Constitución. Los mandatos no se pueden prorrogar. Las elecciones tienen lugar entre los treinta y sesenta días desde la terminación del mandato, por cumplimiento del plazo o disolución, y el Congreso electo debe reunirse inexorablemente dentro de los veinticinco días siguientes. Exactamente lo mismo para los Parlamentos autonómicos, que en estos principios básicos están sometidos a este artículo."
 
"Para Manuel Fernández-Fontecha, la tesis de que el estado de alarma ampara a los Presidentes que aplaza o retrasan “sine die” no se sostiene. El Estado de alarma no autoriza a suspender elecciones, porque no hay la más mínima alusión a que a su amparo se puede hacer esto. Eso es una interpretación “contra legem” y además no es una interpretación conforme a la Constitución. Ni el estado de excepción o de sitio lo permiten, porque la legitimidad democrática de los órganos de poder sobre el ciudadano desaparece. Se traduce en un gobierno de facto.
 
"La comunicación a la Junta Electoral ni añade ni valida nada, entiende este experto, porque, de entrada, la Junta Electoral Central, Provincial o de Zona no tiene potestad alguna en el aplazamiento o la suspensión de las elecciones."
 
La propia Junta Electoral Central nos advertía hace solo tres días que el retraso de las elecciones catalanas no tiene precedentes y sería impugnable. Se deduce de todo esto, sin tener muchos conocimientos legales, que a partir de mediados de febrero Cataluña será gobernada por un gobierno totalitario, en el peor de los sentidos del palabro, ilegítimo y a espaldas de los catalanes con el beneplácito del resto de partidos políticos y del Gobierno del Estado Español. Pero no se preocupen no pasa nada, es por nuestra salud. Algo bueno tenía que tener esta dictadura de partidos. No seamos unos "negacionistas". Saludos cordiales y mucha suerte.
 
Juan C. Carrillo.