Dolores Lario González. Ha publicado su primer libro de relatos que se titual “Tonta, ingenua ilusa” Como escritora aspiro a encontrar lectores y que lo que escribo les consuele.
Dolores Lario Gonzáles es una amante de la literatura. Para ella, escribir supone un aprendizaje, y en este camino continuo de aprender acaba de publicar su primer libro de relatos que se titula “Tonta, ingenua ilusa”. Está a la venta en Librería Faro y Librería Romero.
¿Quién es Dolores Lario?
Me cuesta contestar, y eso que soy yo. No estoy acostumbrada a habla de mí misma porque nunca he sido una persona con proyección pública.
Me he dedicado a trabajar, a estar en mi casa y con mi gente. Ahora he decidido que presentarme
como escritora. Es un cambio sustancial. Tengo que vencer el pudor a la exposición.
Antes, cuando alguien llamaba a la puerta y le contestaban de dentro quién es, se solía decir “poca gente”. Pues eso.
¿En qué momento de su vida decide escribir?
No es una decisión que tome en un momento concreto. Surge de manera natural, a la vez que voy leyendo.
Empiezo escribiendo lo típico: algo parecido a un diario, unos versos inspirados en el poeta que acabas de leer, luego intento un cuento, voy introduciendo diálogos, más personajes...
Escribir supone un aprendizaje y un trabajo constantes. Siempre he escrito. También ha dependido de lo ocupada que estuviera. La época más complicada fue cuando la crianza de mis hijos.
Desde hace unos cinco años está resultando una temporada muy fructífera.
¿De qué escribe? ¿Quiénes son los protagonistas de sus historias?
Escribo de lo que conozco, de lo que vivo, de lo que observo a mi alrededor.
Sobre todo de mujeres normales y corrientes que son las que menos aparecen, a las que menos atención se les presta. Pero la literatura es más que una crónica de unos personajes concretos en un determinado lugar.
La literatura tiende a la excelencia y a la universalidad y en este punto sí que soy ambiciosa. Escribo a muerte.
Háblenos de la publicación de su primer libro “Tonta, Ingenua Ilusa”.
Me costó mucho encontrar una editorial que se interesara por lo que yo escribía. Es muy difícil cuando eres una persona anónima. Francisco Giménez, de la editorial Tres Fronteras, tuvo a bien escucharme y leer una muestra de lo que escribía. Le gustó y me ofreció publicar un libro de pequeño formato, que se pudiera distribuir a buen precio para que me diera a conocer. Con todo, se tardó un año y medio en que el libro fuera una realidad.
¿De qué va el libro?
Son cinco relatos que cuentan de la educación sentimental que recibían los adolescentes en la década de los setenta y de cómo ha repercutido en su vida adulta. Va también del maltrato de un padre de familia a su mujer y sus hijos. Lo más chocante es que en aquella época se veía normal que eso sucediera.
¿Quiénes son sus referentes literarios?
Últimamente leo mucho a mujeres que escriben cuentos, sobre todo norteamericanas: Alice Munro, Lucía Berlín, Lidia Davis, Grace Paley…
Hace poco leímos en el club de lectura una autora española muy poco conocida, Susana Sánchez Arins, nos gustó mucho su novela “Dicen”. También he vuelto a leer poesía: Alejandra Pizarnick, Caballero Bonald, César Vallejo, Louise Glück... Y releo fragmentos de autores más clásicos,
por ejemplo, Azorín, o “La Colmena”, de Cela, que es una novela con un estilo asombrosamente actual y certero.
Y muchos más.
¿Aparece Totana en sus escritos?
He vivido siempre en Totana, toda mi familia es de aquí. Escribo de lo que conozco. Por eso es muy fácil reconocer los paisajes, nuestra idiosincrasia, incluso puede que sea identificable algún personaje. Pero se ha de tener presente que lo que escribo es ficción, siempre es literatura.
Sí que aparece Totana en los artículos que escribo en la prensa local.
De alguna forma pienso que tengo que aportar mi grano de arena a nuestra sociedad. Yo lo hago mirando a mi alrededor y dando mi versión de lo que observo. Puedo ser crítica pero siempre desde el respeto a todos.
También lo pido para mí.
¿Qué le parece vivir en Totana?
Vivir en un pueblo tiene sus ventajas pero también pesa. En un pueblo siempre hay menos oportunidades.
Por eso se va tanta gente. Ahora sobre todo los jóvenes, los más preparados.
¿Cuáles son sus proyectos inmediatos?
Me gustaría publicar una novela que se llama “Imaginaria”. Hasta ahora es mi obra más ambiciosa. Intentaré conseguir el respaldo de una editorial. Si no, ya veré otras opciones de autopublicación.
También tengo una página web que se llama Soy la Dolo donde publico viñetas y artículos más humorísticos.
¿A qué aspira cómo escritora?
A encontrar lectores y que lo que escribo les consuele.