El último libro del historiador totanero Juan Cánovas Mulero retrata las vidas y obras de una familia de artistas totaneros

El último libro del historiador totanero Juan Cánovas Mulero retrata las vidas y obras de una familia de artistas totaneros

El reconocido cronista e historiador totanero Juan Cánovas Mulero presentó el 23 de junio su libro “Una familia de artistas totaneros en los siglos XVII y XVIII”, donde retrata las vidas de Silvestre Martínez-Vélez, Silvestre Martínez-Teruel, y de las hermanas pintoras, Josefa y Maria Luisa Martínez-Aledo.
Un nuevo libro que se suma a la larga obra del autor totanero, que a lo largo de su trayectoria ha publicado trabajos sobre diferentes aspectos de la historia y costumbres locales.

¿Qué va a encontrar el lector en el libro?
La intensa actividad artística que llevaron a cabo los miembros de una familia totanera que se iniciaba en el siglo XVII con el trabajo pictórico del abuelo, Silvestre Martínez Vélez, continuaba en el XVIII con su hijo Silvestre Martínez Teruel, un polifacético personaje, muy
hábil en cuestiones técnicas y de ingeniería, pero también pictóricas y concluía con las nietas, las conocidas en su tiempo como Las Hermanas Pintoras, Mª Luisa y Josefa Martínez Aledo, de hecho, tuvieron una calle dedicada en la población.
El trabajo de Martínez Teruel se hace visible, entre otras, en la dirección de las obras del acueducto de La Carrasca, cuyas aguas llegaban a Totana desde la Sierra de Espuña, pero también en la elaboración del ciclo pictórico del camarín del Santuario de La Santa, en el
que se narra la vida, martirio, muerte y glorificación de santa Eulalia. Son suyas, también, las pinturas de los cuatro evangelistas que decoraran las pechinas de la cúpula central del templo de San Lázaro en la vecina población de Alhama de Murcia. Un totanero con una capacidad especial. Sin lugar a dudas, un hombre del Renacimiento en época Barroca.


¿Qué es lo más destacado o que le ha sorprendido en su labor de investigación para su elaboración?
Además de lo curioso que supone la continuidad artística de este linaje totanero y su principal compromiso con la cultura local atendiendo las demandas de los mecenas del momento, especialmente la Iglesia e instituciones adscritas a ella, llama la atención la singularidad
del trabajo de una de Las Hermanas Pintoras, en concreto de Josefa Martínez, que, a finales del siglo XVIII, con total autoridad firma su obra, la cual no solo se centra en Totana sino que llega a otras poblaciones como fueron Lorca, Águilas y Bullas. En la actualidad conservamos
dos lienzos suyos en Totana y cuatro de los evangelistas en el templo de Nuestra Señora del Rosario de Bullas. 

¿Cuándo y por qué se gestó este libro?
Es un trabajo de largo recorrido, pues hace ya más de tres décadas cuando comenzaba las primeras incursiones en los archivos me encontré con los nombres de estos artistas y desde entonces, he ido recopilando información sobre sus producciones, identificándolas, contrastando documentación y, en algunos momentos, casi componiendo un puzzle para definir cada una de esas trayectorias. En los últimos años, una vez que la investigación se encontraba bastante avanzada, creíamos que era importante darla a conocer. En esta última fase el apoyo del ayuntamiento de Totana y
especialmente de la concejala de Cultura ha sido fundamental.


¿Cuáles son los próximos proyectos en los que trabaja?
Este tipo de actividad que realizo en mi tiempo libre tiene un mucho de cautivadora y mi intención, si las circunstancias lo permiten, es seguir indagando en las raíces de Totana, en su caminar, en sus tradiciones, en todo aquello que la constituye. Dar forma al material que
durante estos años he ido recopilando, completando y matizando es un camino que me resulta muy motivador y atractivo.