Marco Mazón Gomariz presenta su libro “Religión y magia en El Argar” Sábado 30 de Septiembre en el Teatro Ginés Rosa a las 19:00 horas.

Marco Mazón Gomariz presenta su libro “Religión y magia en El Argar” Sábado 30 de Septiembre en el Teatro Ginés Rosa a las  19:00 horas.

Marco Mazón presenta el 30 de septiembre su libro “Religión y magia en el Argar”, un trabajo en el que explora el lado metafísico y religioso de la sociedad argárica. Actualmente está inmerso en su Trabajo de Fin de Máster (Máster en Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense de Madrid), también relacionado con la religión en El Argar.

¿Quién es Marco Mazón Gomariz?

 No lo sé realmente; lo que sí sé es que siempre he vivido en el pasado; desde muy pequeño he tenido una bonita y extraña obsesión por la Arqueología/Historia, sobre todo aquella centrada en los tiempos pretéritos en que se creía en los dioses. Soy un nostálgico de aquella época, con todos sus claroscuros. Desde bien joven he estado leyendo infinidad de libros de Historia, investigando por mi cuenta; pero a mis 29 años me decidí a cursar la carrera de Arquelogía (cursé el primer año), y luego ya la de Historia al completo; y, en el penúltimo año de carrera, me enfoqué en las creencias religiosas de la Prehistoria y la Antigüedad, concretamente de la cultura de El Argar, cultura que conocí en el Museo de Lorca allá por 1996. Soy un buscador de la verdad; no sé si la encontraré, pero el mero paseo merece la pena. Hasta ahora, el culmen de esa búsqueda lo puedo resumir en mi Trabajo de Fin de Carrera: “Religión y magia en El Argar”; un trabajo bastante extenso. Aún no entiendo cómo me permitieron presentar un trabajo así de extenso para optar al grado de titulado en Historia. Quizá los dioses de El Argar me protegieron. ¿Quién sabe?

¿Qué otros libros o trabajos ha publicado con anterioridad?

Escribí con 20 años una novela sobre Roma, centrada en la religión pagana; luego escribí otras que fueron un absoluto desastre fruto de mi inmadurez, hasta que hace año y medio publiqué otra enfocada en el mundo ibérico, también haciendo gran hincapié en su aspecto religioso. Mi primera intención era hacer un trabajo como tal sobre los iberos, profundizando en la religión; pero mi impulso imaginativo me llevó a plasmarlo en forma de novela para otorgarle un poco de vida al asunto.

 Su nueva publicación se centra en la religiosidad en la sociedad de El Argar, de la que La Bastida es uno los máximos exponentes.

¿Qué va a encontrar en ella el lector?

Vicente Lull, el arqueólogo experto en El Argar de la UAB, en una entrevista que le hizo Cuarto Milenio, tuvo un brillante y misterioso sobresalto esotérico poco acorde con un marxista como él: dijo que en El Argar hay una puerta del enigma que nadie se atreve a abrir por miedo a lo que pudiera haber tras ella. Creo que mi trabajo “Religión y magia en El Argar” es la apertura de esa puerta. En dicho trabajo exploro algo que, hasta el momento, apenas se había investigado: el lado metafísico/religioso de una sociedad tan enigmática como es la argárica.

 En mi obra se ofrecen nuevas visiones y propuestas al porqué de enterrar a los muertos en casa, sus ritos mágicos para proteger las puertas, una posible concepción espiritual de las murallas o la posibilidad de que El Argar fuera una sociedad teocrática regida por líderes religiosos que representaban la dualidad del Sol y la Luna, entre otras propuestas. No faltan en mi obra comparaciones etnográficas, antropológicas y arqueológicas con Próximo Oriente y más allá; todo ello con el fin de esclarecer esa inmutable neblina que desde hace más de 150 años ha coronado la cima de la montaña de El Argar, cima que yo considero como su aspecto religioso, el cual, en mi opinión, es lo más valioso y revelador de toda sociedad prehistórica. Egipto encandiló a millones de personas no por su economía o sociedad, sino por su religión. Nos guste o no, la religión de los pueblos antiguos es su dimensión más fascinante; es una mirada sibilina de unos ojos que brillan en la oscuridad del pasado. Ni siquiera el espíritu más materialista permanece impertérrito ante ese encanto.

¿Qué le atrae del período de El Argar y en particular de La Bastida? ¿Ha tenido la oportunidad de visitar el yacimiento ubicado en Totana?

Podría alegar que lo que más me atrae es que sea una sociedad de hace 4000 años que enterraba a sus muertos en casa y se caracterizaba por una austeridad de símbolos casi dogmática, y estaría en lo cierto; pero siempre hay algo que escapa a la lógica y a la razón, que no se puede explicar. El Argar, desde que lo conocí, ha ejercido un extraño embrujo en mí; es como una voz que te llama desde las profundidades de una cueva y te pide que vayas a buscarla, que tiene algo que contarte que cambiará tu vida. La dimensión religiosa es la cara oculta de la Luna de El Argar; yo pienso que los argáricos eran fervientes adoradores de la Luna, una Luna cuya cara oculta está pidiendo ser conocida. Era una época de creencias en dioses, espíritus y los me (los me eran para los sumerios las fuerzas divinas que regían el cosmos), una época de magia que, aunque no vaya a volver a corto plazo, al menos sí se puede indagar en ella, como quien busca un mundo perdido a través de las ruinas… las ruinas de El Argar.

Me da vergüenza decirlo, pero he estado dos semanas excavando en La Almoloya, y, sin embargo, aún no he podido visitar La Bastida. Quise hacerlo en varias ocasiones, pero hace muchos años que no vivo en Murcia y, al estar tan limitadas las visitas, no he podido hasta el momento. “En casa de herrero, cuchara de palo”, dicen.

¿Qué aspectos llaman más la atención o le han sorprendido a usted mismo en este estudio?

Cuando comencé con mi trabajo, le dije a mi director de Trabajo de Fin de Carrera, José Luis Sanchidrián (en mi opinión y en la de otro alumno que conocí, un genio), que sabía que este proyecto era un suicidio, pero que como Faetón (el hijo de Helios que se atrevió a llevar el carro del Sol sin tener la capacidad para ello), al menos, “moriría en un gran intento”. Sin embargo, conforme avanzaba, fui descubriendo elementos de la religión en El Argar que no contemplaba al principio, como el posible simbolismo de las cistas o de los enterramientos en urnas enfrentadas; o también el significado místico de las diademas y la plata de la “princesa” de La Almoloya (que yo considero una líder religiosa del más alto nivel) como una evocación del brillo divino vinculado a los personajes que están en la esfera de los dioses.

¿Tiene pensado presentar su libro en Totana?

Por supuesto. Lo voy a presentar, si los dioses de El Argar no dictaminan lo contrario, el 30 de septiembre en el Teatro Ginés Rosa a las 19:00 horas.

 ¿Tiene algún otro proyecto o trabajo para publicar en el que esté trabajando?

Ahora mismo estoy trabajando en mi Trabajo de Fin de Máster (Máster en Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense de Madrid), también, cómo no, relacionado con la religión en El Argar. Seguidamente, comenzaré a trabajar en mi tesis doctoral (ya estoy trabajando en ella, pero de manera extraoficial).

Es un camino que no tiene fin, y la verdad es que me encanta, aunque esté lleno de obstáculos. Me gustan las dificultades; los argáricos eran personas muy acostumbradas a una vida dura plagada de penalidades, y no permiten que se acceda a sus secretos más recónditos sin sufrir lo que no está escrito. Es un dolor que merece la pena, creo yo.

Totana Noticias – Linea Local.