Semana Santa: aromas de pasión Totana: un pueblo entero que se vuelve nazareno. ( Por María Dolores Rodríguez López)
La Semana Santa es una época que se vive de manera especial y muy intensa en Totana. Son unos días en los que tradiciones y costumbres se unen en torno a una celebración participativa y vivencial. La Cuaresma La bocina marca el inicio de la Cuaresma con ese gemido rotundo, agudo y misterioso. Es un signo de identidad que nos conecta con las raíces de La Semana Santa totanera. La Cuaresma es el tiempo destinado a la preparación de la fiesta de la Pascua. Esta época de cuarenta días es para la reflexión, el perdón y la reconciliación, simbolizan esos días en los que Jesús permaneció en el desierto, lo que duró el diluvio universal y también los cuarenta años que el pueblo israelita caminó por el desierto.
VIRGEN DE LOS DOLORES
Envuelta en tu flotante vestidura
es tu adorno el aroma de las rosas,
pasas sobre encendida nebulosa
brillando por la luz de tu hermosura.
Virgen amada, sensitiva y pura
ensalzada por Dios y misteriosa,
enjoyada de amores por preciosa
derramas para todos, tu ternura.
Iluminando nuestra noche oscura,
como soplo de luz en movimiento,
somos los pregoneros de tu altura.
Nos sustenta la fe como armadura
y nos llena la vida de contento
como rayo de sol en la espesura.
MADRE DOLOROSA
¿Dónde vas esta noche
rutilante y oscura
bajo tu triste manto?
¿Vas a calmar la sed
del Hijo agonizante
bajo la cruz callada?
¿Buscas refugio en Él
que ante el dolor latente
te envuelve en su mirada?
¿Qué buscas esta noche
sin luces y con sombras
tan triste y tan aciaga?
¿Qué harás cuando a tus
descienda el cuerpo herido
de dolor y de muerte?
Has de besar despacio
su frente coronada,
una noche
tan larga… y desolada.
Semana Santa
Llamada también la “Gran Semana”, es el tiempo más intenso del año litúrgico, es el recuerdo y evocación de la última semana de Cristo en la tierra. Debemos vivir esta Semana Santa participando en todas las celebraciones propias de este tiempo.
Es importante entender su sufrimiento, que murió y resucitó por todos nosotros, por ello debemos celebrar y revivir su entrega.
La Iglesia en esta conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo se santifica y se renueva a sí misma. Un pueblo unido por el color nazareno Totana fue elegida como la Semana Santa más bonita de España en 2023 por los lectores de Viajestic, portal de noticias sobre viajes de La Sexta.
Por algo será. En Totana cobra vida esa costumbre tan arraigada que se mantiene desde el siglo XVII de “vestirse de nazareno”. Un pueblo entero uniformado por el color negro de las túnicas que engloba a hombres y mujeres que trabajan y se esfuerzan en mantener esta hermosa tradición de las procesiones de Semana Santa. Y todo ello manteniendo el respeto y austeridad que merece la expresión pública del testimonio de Jesús y su misión redentora, aunque sin perder el espíritu de celebración.
La Semana Grande, que se inicia con la procesión del Domingo de Ramos, acompañando a la “burrita”, hasta el Domingo de Resurrección con la procesión jubilosa del Encuentro. Durante todas las procesiones de esa semana, cualquier vecino o visitante, aunque no forme parte de las diecisiete cofradías, puede integrarse en las actividades procesionales, vistiendo la túnica negra que nos hace a todos iguales.
Martes Santo.
Comienzan los desfiles procesionales.
Miércoles Santo. Recorre las calles del pueblo la Procesión del Silencio, con el Santísimo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora la Virgen de la Esperanza, acompañada por cientos de damas ataviadas con mantilla negra, “las Manolas”. Es una procesión envuelta en austeridad, devoción y recogimiento.
Jueves Santo. La mañana de Jueves Santo ha pasado de ser un momento del traslado de tronos de sus hermandades hasta el templo parroquial de Santiago para la procesión de la noche, a convertirse en una mañana llena de vitalidad y color, con una presencia masiva de público que inunda las calles para admirar la belleza de los pasos y el sonido vibrante y atronador de las bandas de música de cornetas y tambores. Sobre las nueve de la noche del Jueves Santo comienza la procesión de más arraigo y tradición del mundo nazareno. Abre el desfile el estandarte del Ilustre Cabildo Superior de Procesiones. Le siguen los diferentes pasos.
Tanto en los desfiles de Jueves Santo como Viernes Santo recorren las calles las veneradas imágenes de artistas como Salzillo, Sánchez Araciel, Carrillo y Antonio Ruiz. Son unas procesiones muy consolidadas y con una participación masiva de un pueblo nazareno, con unos rasgos peculiares, como el desfile de los soldados romanos, “Los Armaos”, con sus evoluciones en la rueda del caracol y puntoná, que son famosos y muy bien recibidos por el público. Las bandas de música de cornetas y tambores llenan de color y sonido las calles, interpretando de forma vibrante y sonora marchas nazarenas.
Acompaña a la Virgen de los Dolores y cierra los desfiles procesionales de Viernes Santo la mágica Orquesta de Violines, interpretando emocionantes temas, como El Cántaro, Suspiros, Calvario, El Martirio… Y toda esa semana culmina el Domingo de Resurrección con el encuentro entre la Virgen de la Alegría y Jesús Resucitado. Cuando se habla de procesiones fuera de Totana, siempre te dicen: “¿Es ese pueblo donde en Semana Santa los nazarenos dejaban a los santos en la calle y se iban a cenar?” Recordar que esos descansos antaño en la Glorieta o en el Ramblar hay que entender que eran para cambiar los cabos de vela, tomar un trago y alguna empanadilla para mitigar la dureza de la carrera.
En la actualidad, esas paradas tan largas se han ido eliminando y si algún nazareno necesita un respiro cuenta con ayudas y siempre estará abierta la casa de algún amigo o conocido, que tiene el gusto de preparar la “mesa” para socorrer la sed o necesidad de los nazarenos con refrescos, vino, empanadillas, habas, pipirrana, huevos duros, tortillas, torrijas, paparajotes…, que siempre es de agradecer. Semana Santa en Totana, una semana llena de aromas, sensaciones, vivencias y encuentros con amigos, y, sobre todo, con una tradición que une a todo un pueblo.