Sierra Espuña, territorio de exploradores Este paraje natural fue en otras épocas un lugar idóneo para encuentros y convivencias de scouts. (Artículo de María Dolores Rodríguez López).
Sierra Espuña, territorio de exploradores Este paraje natural fue en otras épocas un lugar idóneo para encuentros y convivencias de scouts. (Artículo de María Dolores Rodríguez López).
Sierra Espuña fue, durante décadas, escenario de campamentos de scouts que llegados de diferentes puntos de la Región de Murcia encontraban en este paraje natural un lugar idóneo para sus encuentros y convivencias.
A finales del siglo XIX el estado ecológico de Sierra Espuña sufría una gran degradación, la pérdida de su masa arbórea amenazaba con problemas de desertización.
Habían sido varios los motivos que llevaron a esta situación extrema, como el pastoreo excesivo, tala de árboles, extracción de leña y carbón.
Sería el ingeniero forestal Ricardo Codorníu quien, en 1889, inicia la repoblación de la sierra, una actuación que por el éxito obtenido se convirtió en un modelo a seguir por otros países europeos.
A esta acción debemos el aspecto actual de este paraje natural.
En 1931 fue declarado “Sitio Natural de Interés Nacional”.
También esta repoblación tuvo una importante faceta pedagógica, concienciando a la sociedad de la importancia de los árboles, monte, aves… creando un conjunto armónico que favorece la vida y el espíritu humano. Todo esto supuso un intenso valor a favor de la naturaleza.
Este entorno privilegiado, pulmón verde de la Región de Murcia, es el elegido como base de las actividades de los campamentos del movimiento de Exploradores por su clima benigno y sano.
A partir de 1917, que tuvo lugar el primer campamento scout en Sierra Espuña, acudirían a este paraje de forma continuada durante todo el año y durante varias décadas, jóvenes exploradores de Lorca, Águilas, Murcia, Cartagena, La Alberca…
Grandes personalidades de la época se unen y participan en las actividades del movimiento Exploradores como por ejemplo fueron Isidoro de la Cierva, Rafael Antúnez, el empresario
alhameño Lorenzo Rubio, José y Rogelio Inchaurrandieta…
EL ORIGEN DEL MOVIMIENTO BOYSCOUTS
El origen de este movimiento tuvo lugar en Gran Bretaña en 1908 por Robert Badem-Power.
La idea inicial partió para intentar acabar con la delincuencia que se cernía sobre Inglaterra a principios del siglo XX. Buscaban el desarrollo físico y espiritual de los jóvenes para que llegarana ser “buenos ciudadanos”, a través de un método inspirado en la vida militar y al aire libre.
En palabras de B. P.: El scout deja el mundo mejor que lo encontró. Este movimiento de educación no formal contaba con las siguientes claves: La promesa, La ley scout, Aprender haciendo, Adquirir compromiso y responsabilidades, Autonomía y Trabajo en equipo.
Este movimiento mundial contaba con características comunes, pero en cada lugar se desarrollaba ligado a la realidad social y cultural donde se encuentraba.
Se extendió rápidamente por todo el mundo. Hoy día está instalado en más de 165 países y se calcula que 57 millones de scouts forman parte de esta organización mundial sin ánimo de lucro.
LOS EXPLORADORES EN ESPAÑA
En 1911 el capitán de caballería Teodoro Iradier y Hierro, junto con el escritor Arturo Cuyá y Armengol, constituyeron el comité organizador de los Boy Scouts que pasaría a llamarse “Exploradores de España”.
La fórmula del juramento que utilizaban era: Yo prometo por mi honor hacer cuanto dependa de mí por:
-Cumplir los deberes para con Dios y con el Jefe del Estado.
-Amar a mi Patria, serle útil en todo momento y respetar sus leyes.
-Obedecer el código del Explorador.
Los Estatutos fueron aprobados el 30 de julio de 1912 con el beneplácito real y por el Gobierno Civil, quedando la asociación legalmente constituida como “Asociación Patriótica Exploradores
de España”. En agosto de ese mismo año se organizó la primera tropa.
En los albores del escultismo en nuestro país el movimiento estaba destinado exclusivamente a varones (10-18 años).
La insignia oficial sería la estrella de cinco puntas dentro del círculo con el lema “Siempre adelante”.
Así, se reconoció oficialmente la personalidad jurídica de esta asociación, cuyos fines eran educar en la libertad y la justicia; autonomía y solidaridad, responsabilidad personal, todo ello en un marco de convivencia, respeto y servicio.
Esta militarización de los niños iba en consonancia con la época que se avecinaba, las dos guerras mundiales.
Este movimiento de exploradores o scouts fue apoyado e impulsado por el rey Alfonso XIII como método para asegurar desde la infancia el espíritu nacional.
Tras el desastre de finales del siglo XIX, se vio al escultismo como un instrumento para insuflar el patriotismo en la juventud y bajo el patronazgo del rey, tuvo un gran auge este movimiento
durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Al terminar la Guerra Civil (1936-1939) el 22 de abril de 1940 el movimiento scout fue suspendido, sus bienes incautados y eliminados sus símbolos (aunque siguieron con actividades semi-clandestinas).
Resumiendo, los monárquicos se habían apoderado de la iniciativa, los republicanos intentaron hacerla suya y Franco directamente los eliminó.
Según dictó el Ministerio de la Gobernación: “Los fines de los exploradores se hallan embebidos, aunque con desviaciones en su orientación en la O. J. E (Organización Juvenil Española), F. E. T. (Falange Española Tradicionalista) y de las J.O.N.S. (Junta Ofensiva Nacional
Sindicalista)”.
Los fines se orientaban a la Exaltación de la Unidad del Espíritu Nacional, mediante: Educación Física, Moral y Patriótica de forma premilitar, basaba en los principios nacional sindicalista.
No solo fueron suprimidos los scouts en España sino en todos los países con regímenes totalitarios, como fue por ejemplo el caso de la Alemania
nazi.
LA LEYENDA DEL DURMIENTE DE SIERRA ESPUÑA
De la impronta de los scouts en Sierra Espuña da cuenta una leyenda o historia curiosa que ha perdurado. El 6 de julio de 1928, fallece el joven scout Mariano Serrano Mena, en unos de los juegos del campamento.
Sus compañeros encargan una escultura para honrar su memoria y que sirviera de emblema en Sierra Espuña.
Cuando son confiscados los símbolos de los exploradores, cinco de sus compañeros, para evitar la destrucción de la pieza escultórica, decidieron sepultarla en un lugar secreto y juraron
no revelar jamás su paradero. Todos hasta su muerte cumplieron su palabra de no revelar el secreto.
Hasta hoy día, a pesar de la búsqueda, no se ha localizado su paradero. Eso sí, años después se instaló un nuevo busto en el lugar donde se encontraba el original, en el paraje de
Fuente Rubeos.