Silvia López Arnao. Esta joven de origen totanero acaba de tomar posesión como funcionaria en la Unión Europea, tras aprobar una dura oposición.

Silvia López Arnao. Esta joven de origen totanero acaba de tomar posesión como funcionaria en la Unión Europea, tras aprobar una dura oposición.
Silvia López Arnao. Esta joven de origen totanero acaba de tomar posesión como funcionaria en la Unión Europea, tras aprobar una dura oposición.
Silvia López Arnao. Esta joven de origen totanero acaba de tomar posesión como funcionaria en la Unión Europea, tras aprobar una dura oposición.
Silvia López Arnao. Esta joven de origen totanero acaba de tomar posesión como funcionaria en la Unión Europea, tras aprobar una dura oposición.
Silvia López Arnao. Esta joven de origen totanero acaba de tomar posesión como funcionaria en la Unión Europea, tras aprobar una dura oposición.

Silvia López Arnao es una joven de origen totanero que acaba de cumplir su sueño de ser funcionaria en la Unión Europa.

Tras aprobar una difícil oposición, Silvia, cuyos padres son totaneros y ella misma vivió en este municipio hasta los tres años de edad, trabaja en el Departamento de Justicia de la Comisión Europea.

¿Cuál es tu vinculación con Totana?

 Tengo 26 años. Toda mi familia es de Totana, pero como mi madre trabajaba en Murcia, nos tuvimos que mudar cuando tenía 3 años. Fui a la guardería en Totana (a la Clara Campoamor), y en Murcia he ido a Jesús María de Alfonso X desde Educación Infantil hasta Bachillerato. Estudié Derecho y ADE en la Universidad de Murcia. Después, en 2019 hice un máster en Derecho de la Unión Europea en el Colegio de Europa en Brujas (Bélgica).

¿Por qué te decantaste por esos estudios?

 Pues al principio empecé Derecho y ADE sin tener muy clara mi vocación, pero durante la carrera descubrí que me interesaban los asuntos internacionales. Desde entonces, intenté hacer el mayor número de experiencias internacionales que pude, y por ejemplo en 2015 me becaron para ir un mes a Estrasburgo a hacer un curso de Unión Europea, en 2016 hice un año de Erasmus en Newcastle Upon Tyne (Reino Unido), y en 2019 fui a la Universidad de Yale (Estados Unidos) a una conferencia para estudiantes. Todo esto me sirvió para darme cuenta de que el mundillo de las instituciones de la Unión Europea era el camino profesional que me interesaba, y por eso hice el máster de Derecho Europeo en Brujas.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional?

Cuando salí de mi máster, comencé a trabajar en un despacho de abogados en Bruselas. Me di cuenta pronto de que no era lo mío, así que decidí dejarlo y comencé unas prácticas en el Servicio Jurídico de la Comisión Europea. Durante esas prácticas, fui elegida para un programa de movilidad entre distintos departamentos de la Comisión Europea, lo que me ha permitido trabajar en temas muy diversos como salud pública, derechos de los consumidores o derechos de los trabajadores. En paralelo me presenté a una oposición a funcionaria de la Unión Europea, y ahora estoy trabajando en el Departamento de Justicia de la Comisión Europea, ya como funcionaria desde el 1 de diciembre.

Has aprobado una difícil oposición. ¿Cuánto tiempo le dedicaste y por qué esa oposición?

La oposición comenzó en diciembre de 2020, y ha consistido en tres fases que se han prolongado hasta abril de este año. Lo bueno de las oposiciones euro peas es que, a diferencia de la mayoría de los casos en las oposiciones españolas, te permiten compatibilizar su preparación con un trabajo a tiempo completo.

 Las pruebas incluían test numéricos y abstractos, entrevistas personales, y casos de Derecho de la Unión Europea.

¿En qué consiste tu trabajo?

 En el Departamento de Justicia estoy trabajando en diversas propuestas legislativas europeas en el ámbito de la democracia. Justo ahora estamos trabajando en un paquete de medidas para proteger las democracias de los Estados Miembros de la UE frente a injerencias de otros países. Para ello, tenemos que hacer consultas y participar en las negociaciones con otras instituciones y países, y plasmar todo eso en una propuesta legislativa. Normalmente yo me encargo de los aspectos legales de todo el proceso.

¿No te dio miedo el saber que tendrías que vivir fuera de España?

Nunca me ha dado miedo venirme a Bruselas porque aquí es donde puedo hacer lo que realmente me gusta, y no lo siento tan lejos de España. Al final, venir a Bruselas es cuestión de coger un avión de dos horas, y tardas lo mismo que en ir a otras ciudades españolas como Barcelona. Vives en Bélgica, en concreto Bruselas.

¿Cómo fue la adaptación a ese país?

Vivo en Bruselas desde que salí del máster en Brujas, es decir, desde agosto de 2020. La adaptación no ha sido tan dura como pensaba porque Bruselas está llena de gente de otros países, con lo que no te sientes como un extraño en ningún momento. A veces oigo hablar más español o italiano por la calle que francés o neerlandés.

 Cuéntanos cómo es vivir ahí.  ¿Cómo es tu día a día? ¿Qué es lo que más te ha sorprendido de esa sociedad?

 Vivir en Bruselas es muy cómodo porque te ofrece los planes de una capital con el tamaño de una ciudad mediana. Tengo la suerte de tener muy buenos amigos aquí, que son como mi segunda familia, con lo que es fácil sentirse como en casa. De esta sociedad me ha sorprendido el hecho de que la vida sigue cuando llueve o hace mal tiempo. A diferencia de en Murcia, da igual el frío que haga o que esté diluviando, eso no impide quedar a tomar algo un viernes por la noche.

¿Qué es lo que más te gusta? ¿Y lo que más echas de menos de España?

Lo que más me gusta de Bruselas es las oportunidades que ofrece para los jóvenes internacionales, tanto profesionalmente como de ocio. Aquí estás constantemente conociendo gente nueva con perfiles muy interesantes. Lo que más echo de menos de España es sin duda mi familia y mis amigos, y también la comida, como el arroz de pollo y costillejas de mi madre.

¿Cuáles son tus rincones favoritos de Bruselas?

Me encantan los parques de Bruselas: el Parc Royale, el Cinquantenaire... Hay uno que se llama Bois de la Cambre que es prácticamente como tener un bosque en medio de la ciudad. También tengo mis restaurantes favoritos, como el Soleil d’Afrique, que sirve unas alitas de pollo buenísimas, o el Maison Antoine, donde están las patatas fritas más famosas de Bruselas. Eso sí, mi restaurante preferido de Bélgica es el Ribs and Beer de Brujas, que hace unas costillas cocinadas a fuego lento increíbles.

 Ya hablando de Totana. ¿Qué echas de menos? ¿Qué es lo que más te gusta de esta ciudad?

 Echo de menos a mi familia y mis amigos. También echo de menos poder salir a andar por Sierra Espuña o ya cerca, ir a ver el mar. Para mí Totana está muy asociada a momentos felices, porque casi siempre que he ido han sido fiestas o fines de semana. Por ejemplo, me encanta la Semana Santa de Totana, y me visto de nazarena desde pequeña con mi padre. ¡Toda la familia somos de la Cleofé! También recuerdo con mucho cariño mis veranos en Totana, especialmente todas las fiestas de barrio y mis campamentos en Las Alquerías.

¿Vienes mucho por aquí?

Vuelvo todo lo que puedo, e intento escaparme al menos una vez cada dos meses. Luego en vacaciones estoy casi siempre. ¡Al final, como he vivido en Murcia desde los 4 años, mucha gente de Totana me ve casi lo mismo que cuando vivía en España!

¿Qué proyectos o sueños tienes?

 Acabo de cumplir un gran sueño, el de ser funcionaria, y me encantaría seguir creciendo profesionalmente e ir cambiando de puesto dentro de las instituciones de la UE, que es muy frecuente. En el plano personal, uno de mis sueños es tener una casa en Totana donde poder ir todas las vacaciones, ¡con piscina por supuesto!

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