Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.

Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.
Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.
Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.
Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.
Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.
Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.
Toda una vida detrás de la barra. Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.

Martín Miras Rosa, que se ha dedicado profesionalmente casi toda su trayectoria laboral al mundo de la hostelería, conmemora el primer aniversario de su última aventura, La Santa Café by Martin´s.

Martín Miras Rosa sabe como nadie lo que es el mundo de la hostelería. No en vano, desde que era solo un adolescente comenzó a trabajar en este sector que le apasiona, a pesar de reconocer lo sacrificado que resulta.

Ahora está de celebración, pues su último proyecto, La Santa Café by Martin´s, cumple su primer año con un balance hasta el momento muy positivo. Marín Miras es natural de Totana y estudió en el colegio Comarcal hasta 8º de EGB antes de cursar en el IES Prado Mayor dos años de Auxiliar Administrativo. Precisamente estando en el instituto señala que conoció a un amigo que era familiar del entonces propietario de la discoteca Kabuki, Antonio Lozano El Jumillano, y empezó a colaborar los fines de semana. Tanto para Antonio como su mujer Fina y sus hijos, Martín tiene palabras de agradecimiento, ya que dice que le hicieron sentir “como uno más de la familia”. Finalmente, como otros jóvenes que comienzan a ganar dinero a edades tempranas, Martín decidió dejar los estudios y dedicarse de manera más activa a la hostelería, tal y como explica.

Tras dos años trabajando en la Kabuki poniendo copas decidió cambiar de aires. Por ello, cuando los dueños del Bar Gran Parada, Andrés Martínez y Francisca Piernas, a quienes conocía porque iba allí muchas mañanas a desayunar, le ofrecieron trabajar en este local, no lo dudó y aceptó. En el Gran Parada permaneció durante ocho años, gran parte de tiempo como encargado junto a otro compañero, ya que al poco de incorporarse a él, explica que su dueño tuvo un accidente y los empleados tuvieron que hacerse cargo de manera más intensa del bar.

 Esto le permitió coger una valiosa experiencia y muchas tablas detrás de la barra, lo que le animó a aventurarse en su propia iniciativa y con 22 años dejó el Gran Parada, a pesar de estar muy agradecido a sus dueños, y se hizo cargo del Bar Gran Vía, que se traspasaba. Allí estuvo cinco años, una etapa que recuerda como muy buena, pues eran años prósperos y en los que había mucho movimiento, con el Auditorio del Parque Municipal a pleno rendimiento con semanas de teatro, certámenes de habaneras en las fiestas de Santiago… Sin embargo, Martín explica que por circunstancias personales decidió dejar el negocio y tomarse un año sabático.

Tras unos doce meses sin trabajar, se incorporó a una empresa de mensajería, en la que permaneció dos años, aunque confiesa que nunca dejó de picarle el gusanillo de la hostelería.

 En este sentido, recuerda: “Cuando paraba a tomar un café, yo no quería que me lo pusieran, quería ponérmelo yo, no me sentía cómodo de cliente”. Así las cosas, decidió dejar un trabajo que no le llenaba y enfrascarse de nuevo en el mundo de la hostelería. Fueron unos años en los que montó La Tapita en el barrio Tirol Camilleri y también ejerció como camarero de sala en La Torreta, antes de hacerse cargo de un pequeño local situado en la calle Antonio Garrigues y que bautizó como Martin´s.

A este establecimiento le imprimió un carácter propio y lo convirtió en lugar ideal para desayunos, aperitivos y copas entre semana y un animado punto de encuentro los fines de semana. Sin embargo, seis años después, comenta que desavenencias con vecinos de la zona lo llevaron a cerrar y aprovechar también para descansar un poco, ya que, como señala, tenía bastantes problemas en las piernas por la varices, dolencia común en profesionales que pasan mucho tiempo de pie. Tras ello, vio la oportunidad de abrir de nuevo Martin´s, esta vez en la calle Don José María, donde volvió a hacerse un hueco entre los totaneros y a innovar con fiestas temáticas y otros eventos para dinamizar el mundo de la hostelería.

Hace algo más de un año, tras una difícil etapa por la situación vivida por la pandemia del COVID-19 ya que se impusieron restricciones que afectaron bastante al mundo hostelero, sintió que necesitaba un cambio de rumbo, y se le ocurrió presentar un proyecto al ayuntamiento para solicitar la apertura en el Santuario de La Santa de una caseta de madera que permitiera dar servicio de cafetería los fines de semana a los visitantes que hasta allí se acercan, ya que el Hotel La Santa solo ofrecía servicio de restaurante y alojamiento. Explica que esta propuesta se la dieron a conocer a los responsables del Hotel y éstos le ofrecieron que él se encargara directamente de la cafetería de éste, ofrecimiento que aceptó sin pensarlo ya que para él ha sido como cerrar el círculo y abrir una nueva etapa, “un cambio de aires que necesitaba de manera urgente antes de quemarme y acabar odiando esta profesión”, puntualiza. “La Santa Café by Martin´s es como un sueño cumplido.

El Santuario de La Santa siempre ha sido un sitio al que he ido con mi familia cuando teníamos tiempo libre. Yo de hecho a veces fantaseaba diciéndole a mis hijos que algún día llevaría este local. Es un espacio que lo tiene todo, un entorno único, tranquilidad… y para mí es un privilegio trabajar aquí”, comenta. El 5 de agosto La Santa Café by Martin´s cumple su primer año y el balance personal que Martín hace es de lo más positivo.

“Vine un poco para cambiar de aires y probar suerte y la verdad es que está funcionando muy bien, con clientes nuevos y otros muchos que puedo decir con orgullo que me han seguido de un proyecto a otro”, explica.

 Señala que lógicamente los días fuertes del negocio se concentran los fines de semana y con respecto a qué ofrece La Santa Café by Martin´s destaca que buenos desayunos y almuerzos, una selección de cervezas, copas, cocktails, cafés frappés… “y todo ello en un entorno excepcional y único”. Además, con el fin de dinamizar el lugar, organiza actividades complementarias como actuaciones musicales, rutas senderistas… “Al ser un espacio abierto tengo libertad para llevar a cabo iniciativas, dentro de un orden lógicamente, lo que me da energías y fuerzas para luchar. Me ha dado una nueva energía para seguir ilusionándome por la hostelería”, resalta.

 Para celebrar el primer aniversario, en agosto ya tiene cerradas actuaciones de diversos estilos, como el grupo totanero Inkeys, un dúo de flamenco o una fiesta de los años 80. Además, una idea que le hace especial ilusión es tratar de recuperar el ambiente que se vivía antiguamente en La Santa el día de la Virgen de Agosto y ya ha programado la actuación de algunas cuadrillas y alguna que otra sorpresa. Martín ha dedicado 35 años de su vida a la hostelería y volviendo la vista atrás dice que ésta le ha dado mucho: “En la parte positiva de la balanza me ha permitido conocer mucha gente y disfrutar de buenos momentos. En la parte negativa, me ha quitado mucho tiempo de estar con mi familia, perderme la infancia de mis hijos, y en días señalados no poder estar presente porque estás trabajando”.

De hecho, comenta como ejemplo que este año se ha vuelto a vestir en Semana Santa de nazareno y ha podido salir en la procesión después de catorce años sin poder hacerlo por estar trabajando. Su dedicación a la hostelería ha sido total, y no solo para sus proyectos personales, sino también para mejorar la situación del sector. En este sentido, durante años fue presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Totana y Aledo (ASEMHOS), etapa de la que recuerda con cariño las celebraciones del Día de la patrona de la Hostelería, Santa Marta, que se llevaban a cabo en La Santa, con juegos como las tradicionales carreras con bandejas, y que se convertían en un animado día de convivencia de los hosteleros de la zona.

Fue una época en la que trabajó y luchó mucho por el sector de la hostelería, confiesa, al igual que lo hizo durante la etapa más reciente en la que estuvo al frente de otra agrupación, la Asociación de Hosteleros del Centro de Totana (CHACT), y en la que le tocó lidiar con la la situación derivada del COVID-19 y sus consecuencias para el mundo de la hostelería con el confinamiento y las medidas restrictivas impuestas para evitar la propagación del virus.

Durante nueve años, y hasta hace solo uno, fue el presidente de CHACT, cargo que abandonó cuando se hizo cargo de la cafetería del Hotel de La Santa. Sobre el presente y futuro de la hostelería, lo ve con cierto escepticismo en Totana: “Me gustaría que se apostara más por el futuro, por la formación y que haya un nivel asociativo más fuerte y unido, para que se luche por un sector, el hostelero, que tiene mucho que ofrecer”, indica.

Además, quiere reflexionar sobre el futuro del mundo de la hostelería en general por la situación que se avecina, en el sentido de que, en su opinión, ante las subidas de impuestos y el encarecimiento de los precios de los productos y materias primas, “nos tenemos que acostumbrar a que la hostelería va a ser un artículo de lujo”, apunta. “El cliente tiene que estar preparado para asumir la subida de precios y el hostelero para ser capaz de cobrarlo”, recalca en este sentido, al tiempo que llama la atención sobre el hecho de que “cuando la gente sale al extranjero está acostumbrada a pagar por un café o una cerveza mucho más de lo que se paga en España y no protesta”. A nivel personal, explica que cuando no está detrás de la barra, curiosamente, no le gusta demasiado ir de bares: “No me encuentro cómodo en un bar si no estoy trabajando, no disfruto cuando voy a otros locales porque estoy sentado con ojos de profesional de la hostelería y no de cliente y no me relajo, me dan ganas de levantarme y echar una mano”, argumenta.

Además, señala que quizás por estar siempre rodeado de tanta gente, en su tiempo libre es bastante solitario y sus aficiones pasan por pasear, ver cine, o simplemente estar tranquilo, con sus hijos y su familia o disfrutando de la soledad. Aunque no sabe qué le deparará el futuro, será difícil que no esté con una bandeja en la mano o sirviendo una cerveza o un café, porque el que lleva el mundo de la hostelería en la sangre como él, no deja de ser camarero nunca. De momento, disfruta de esta nueva oportunidad para renovarse profesionalmente que le ha dado la vida, trabajando en un entorno que le aporta un chute de energía.

Totana Noticias – Línea Local