Luis Zamora. Nazareno de Honor de la Semana Santa 2024. “Me considero un nazareno comprometido, amante y devoto de la Semana Santa, que la vive intensamente”.

Luis Zamora. Nazareno de Honor de la Semana Santa 2024. “Me considero un nazareno comprometido, amante y devoto de la Semana Santa, que la vive intensamente”.
Luis Zamora. Nazareno de Honor de la Semana Santa 2024. “Me considero un nazareno comprometido, amante y devoto de la Semana Santa, que la vive intensamente”.
Luis Zamora. Nazareno de Honor de la Semana Santa 2024. “Me considero un nazareno comprometido, amante y devoto de la Semana Santa, que la vive intensamente”.

Luis Zamora ha sido este año elegido Nazareno de Honor de la Semana Santa, un re conocimiento del que se siente muy orgulloso pero que a la vez considera una gran responsabilidad.

 ¿Quién es Luis Zamora para quien no lo conozca?

 Nací en Totana en la calle Mayor de Sevilla un 19 de abril de 1956. Soy el mayor de tres hermanos, estoy casado con Maruja, tengo dos hijas y una nieta. Estudié en varias academias hasta que a los ocho años entré en el Colegio de La Cruz, donde estudié tres años.

 A los once años empecé en el Instituto Juan de la Cierva y Codorniu, donde hice cinco años de Bachillerato Elemental y posteriormente dos años más de Bachillerato Superior. A poco de terminar mis estudios y después de un breve paso por Correos y Telégrafos, empecé la que sería mi profesión y mi vocación: la alfarería, en la que comencé con 19 años como autónomo.

En el año 1992 fui uno de los fundadores de Totalfar S.C. cooperativa dedicada a la comercialización de productos de alfarería, en la que tuve el cargo de presidente hasta el año 2005. En ese año, y por una mala época para la alfarería en Totana, empecé a trabajar en Artespuña, empresa dedicada a la fabricación de piedra artificial, hasta el año 2013 que cerró. A partir de ese momento y gracias a la generosidad de un amigo y jefe, pude seguir fabricando lo mismo ya como autónomo hasta mi jubilación.

¿Se imaginó alguna vez que pudiera ser Nazareno de Honor de la Semana Santa de Totana?

 Yo creo que cualquier persona que se sienta nazareno, en algún momento ha podido soñar con que algún día podría ser reconocido como Nazareno de Honor. Pero claro, cuando miras alrededor y ves a tantos nazarenos que son merecedores de ese título te das cuenta de que las posibilidades de ser tú, son muy escasas.

 ¿Qué ha supuesto recibir este reconocimiento? ¿De quién se acuerda uno cuando se lo comunican?

 Para mí ha supuesto una inmensa alegría y un gran honor, pero a la vez soy consciente de que este nombramiento supone una gran responsabilidad. Valoro muchísimo el que unas personas –por supuesto nazarenas– hayan estimado que yo pueda ser Nazareno de Honor. Por esto estoy muy agradecido al Ilustre Cabildo de Totana. En el momento que me lo comunicaron me acordé de mis hijas y mi nieta y de la ilusión que sabía que les haría. De mi esposa no me tuve que acordar porque estaba a mi lado en ese momento. Me acordé también de algún amigo que ya no está entre nosotros. Y me hizo mucha ilusión pensar que después de casi veinte años La Caída volvía a tener un Nazareno de Honor.

 ¿Qué cualidades cree que se han ponderado para su elección?

Me considero un nazareno comprometido, amante y devoto de la Semana Santa que la vive intensamente y siempre dispuesto a colaborar con cualquier iniciativa. Seguramente habrán valorado esto además de mi trayectoria tanto a nivel de hermandad como de Cabildo

¿Cuál es su vinculación con el mundo nazareno y su trayectoria en él?

Me considero nazareno de vocación, siempre vinculado a nuestra Semana Santa, aunque en los últimos años soy procesionista de fila, a mí lo que me gusta es hacer las procesiones llevando el trono como ayuda.

Mi compromiso real con la Semana Santa comienza cuando entro como hermano en La Caída en el año 1982, que había sido “refundada” el año anterior pero que procesionó este año por primera vez En 1984, bajo la presidencia de Roque Murcia, entro en la junta directiva, dos años como vicesecretario y otros cuatro años como secretario. En junio de 1990 soy elegido presidente de La Caída, cargo que desempeño hasta noviembre de 1996. Después en diferentes etapas ocupo el cargo de vocal durante tres años, y por ultimo el puesto de vicepresidente durante un año.

Durante mi etapa como presidente de La Caída, ocupo el cargo de tesorero del Cabildo durante tres años, siendo presidente Pelegrín Francisco Martínez Porlán. Para finalizar entre 2005 y 2008 ocupo el cargo de vicepresidente del Cabildo siendo presidente Pedro Marín Ayala.

 ¿Cuáles son sus recuerdos de infancia y juventud de la Semana Santa?

 Mi primer recuerdo es como una fotografía y me veo de la mano de mi padre en la fila de La Samaritana, hermandad en la que se integraba el gremio de los alfareros, gremio al que pertenecía toda mi familia paterna. Un poco más adelante recuerdo las procesiones que organizábamos los críos por la rambla con tronos y “santos” que hacíamos nosotros, con las latas como tambores y bidones de cartón como timbales.

 Por esa etapa y un poco después recuerdo que intentamos salir con los Armaos, cosa que no logramos. Ya durante la juventud, nos juntábamos cinco amigos y nos pasamos las procesiones detrás del trono de Nuestro Padre Jesús, para que nos dejaran llevar el trono un ratito, algo que alguna vez sí lo logramos.

 Después vinieron unos años en los que estuve muy centrado en el fútbol, hasta el año 1982 en el que entro a La Caída y empiezo a vivir la Semana Santa con una pasión renovada.

 ¿Qué es para usted la Semana Santa en general y la de Totana en particular?

 Son la fechas que vivo con más intensidad. Es la semana en la que los cristianos conmemoramos con recogimiento y respeto la pasión y muerte de Jesús, pero a la misma vez con el júbilo y la alegría de ser conocedores de la resurrección del nazareno. En cuanto a nuestra Semana Santa tenemos cosas que nos hacen únicos.

 Tenemos a los Armaos que son únicos y que dan su toque personal a nuestras procesiones o la orquesta de La Dolorosa que con sus marchas nos hace disfrutar de su música. Y tenemos nuestra túnica, tan propia, elegante y característica. Y por ultimo es de destacar la participación del pueblo entero.

¿Qué acto o culto de la Semana Santa le agrada más o vive de manera más especial?

 De nuestra Semana Santa me gusta todo. Me gustan todas y cada una de nuestras procesiones en su diversidad, cada una con sus características propias. Me gustan todos los actos que se han ido incorporando a lo largo de los años, creo que han venido a enriquecerla. Me encanta el pasar ratos con gentes con las que tienes la Semana Santa en común y con la que durante el resto del año casi no te ves. Siempre he disfrutado los días previos en la sede con los preparativos y arreglos de última hora, esos ratos son inolvidables.

Me gusta mucho también el traslado de Jueves Santo por la mañana, quizá porque es como la presentación de tu hermandad al pueblo.

 ¿Cómo ve que ha evolucionado la Semana Santa totanera en los últimos años?

Desde hace ya muchos años, nuestra Semana Santa ha ido evolucionando positivamente. La mejora en la organización de procesiones y actos es muy visible. La riqueza artística que han aportado las hermandades con la incorporación de nuevos tronos, de nuevas imágenes con unas calidades de primer nivel. La incorporación de nuevos estandartes, nuevas túnicas, etc. Y por si esto no fuera suficiente, qué decir de las sedes que han construido con mucho esfuerzo las hermandades, son un orgullo para todos.

Las bandas de cornetas y tambores han evolucionado de una forma extraordinaria, aportando una calidad musical que las ha convertido en auténticas bandas de música. Esto lo han conseguido gracias al esfuerzo y tiempo de mucha gente durante mucho tiempo. Hay una cosa que no pudo dejar de mencionar y es la incorporación plena de la mujer a la Semana Santa. Por todo lo dicho creo que somos merecedores de que nuestra Semana Santa sea declarada de interés turístico nacional.

¿Cómo ha transmitido el cariño por la Semana Santa a su familia?

 Mi mujer es tan nazarena como yo, por tanto en nuestra casa, primero mis hijas y luego mi nieta, desde muy pequeñas han respirado ambiente nazareno. Mientras pude mis hijas me acompañaron tanto a la sede los días de preparativos, como a todas las procesiones, no solo de Semana Santa, también a las de Santa Eulalia.

 ¿Cómo va a vivir este año la Semana Santa?

 La Semana Santa es mi pasión y todos los años la vivo con intensidad y desde mi condición de cristiano intento aprovechar cada momento y vivirlo al máximo. Este año por ser especial para mí, voy a intentar sacar el máximo de cada momento. Y compartir con mi gente toda mi alegría. Voy a participar en todos los actos que pueda, sabiendo que este año será único.

Totana Noticias - Linea Local